Estar predispuestos:
Es el medicamento fundamental, sin el dúo bien dispuesto no hay viaje romántico ni en el más exclusivo de los escenarios del mundo. Así que lo primordial es predisponerse a realizar un buen viaje, divertirse, dejar de lado los problemas poner una barrera entre ellos y comenzar el viaje con la mayor predisposición. Se debe ser optimista, positivo, estar abiertos a nuevas experiencias y poseer el mejor sentido del humor, inclusive si ocurriera un improvisto.
Cada instante es único:
Hay que lograr que todos los momentos sean inolvidables para que el viaje sea verdaderamente romántico. Solo basta que una pareja se ame para hacer que esto sea fácil. A veces alcanzará asomarse al balcón de la recamara del hotel y contemplar el bello firmamento mientras se bebe un buen champán.
Un espontáneo paseo tomados de la mano por las calles, un café en una plazoleta, arrojar una moneda a una fuente y pedir un deseo, andar a caballo, recorrer la cuidad, pasear en barco, presenciar un atardecer… son actividades que te llenarán de momentos inolvidables y que harán que tu viaje sea especial, romántico y lleno de mágicas sorpresas.
Sorpresas planificadas:
Es perfecto y romántico cuando una pareja tiene de antemano sorpresas preparadas: como un presente al entrar al hotel, ir a un concierto, asistir a un restaurante, etc.
Esto se puede lograr preparando el viaje de antemano, conociendo las zonas de la cuidad y los sitios especiales. Es como ir a Holanda y poseer un extraordinario ramo de tulipanes en el hospedaje con una carta romántica. O ir al Caribe y ducharte en un jacuzzi al aire libre bebiendo un cóctel de frutas tropicales.
El amor es el ingrediente fundamental para que tu viaje sea romántico e inolvidable. El viaje necesita estar a merced del amor y no de manera contraria. Un consejo para un viaje romántico: el estar relajados los llevará a sentir y a disfrutar más del amor.
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